Dr Carlos Lieberman, Propietario de el Diario El Heraldo hasta 2012.
(Foto de InformeDigital)
A comienzos de 1982 elegía entre seguir Ingeniería en
Alimentos o Periodismo. Periodismo era lo que me atrapaba más. En el 83 había
comenzado la carrera de Ingeniería en Alimentos en la U.N.E.R. Concordia, y
aunque me esforzaba por seguir adelante y pretendía llegar por lo menos a ser
Técnico Superior en Alimentos (un título intermedio), no era lo que más me
apasionaba. En el 82, mientras trabajaba de Conserje, por las noches, en el
Hotel Colonial de Concordia, su dueña, la Vda. Lidia Sorokin, me aconsejó que “Alimentos”
era una carrera con mucho futuro porque el mundo que se venía era el de los
alimentos envasados y cada vez se fabrican más latas y packs. Siguiendo su
sugerencia comencé la carrera luego de rendir un examen de ingreso ya que
estábamos bajo el régimen militar todavía (1976 – 1983).
Pronto y de la mano de la Multipartidaria en Argentina
llegamos al 31 de octubre de 1983 donde gana las elecciones Raúl Alfonsín y en
el 84 me decidí por hacer un curso por correspondencia de Periodismo que duró
10 meses. Me enviaban una lección por mes, la estudiaba y completaba el examen
y enviaba todo a Bs. As. El 24 de noviembre de 1984, una vez aprobado todo el
curso, me enviaron un diploma.
Así que armé una carpeta con un Curriculum Vitae con
fotocopia del Título de Perito Mercantil con especialización en administración,
fotocopia del Diploma del curso en Periodismo y salí a recorrer todos los
medios de mi ciudad. Fui a varios medios
de aquella época y todos tenían el staff completo.
J. J. Portillo. (Foto cedida por Jorge Burghi).
Cuando me presenté en el Diario El Heraldo cuya propiedad era
del Dr. Carlos Lieberman, la empleada conversó algo con él y me dijo que
pasará. Me pidió que tomara asiento en su escritorio frente a él y fue cuando
le expliqué que había hecho un Curso de Periodismo por carta y fue muy amable
él, porque me dijo que no me podía tomar como empleado porque ya tenían todos
los lugres ocupados. De todas maneras me expresó que si quería incursionar en
el mundo de escribir notas que lo hiciera y lo llevara al diario como
colaboración. Así empecé a redactar notas barriales, sobre las comisiones
vecinales, club de futbol y de algún evento que sucedía en los barrios de la
zona noroeste de la ciudad. Me entregó varias publicaciones de ADEPA
(Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas), del que él, ese año era el
Presidente. Le correspondía un año a cada entidad periodística de la Argentina.
Fue entonces que comencé a escribir artículos cortos y los
publicaban en el diario. Lo que noté, que por razones de espacio, en el diario
los resumían y quedaba todo armado en una sola oración. Esto no me agradaba
mucho, pero aprendí a resumir mis noticias barriales a resumirlas en una sola
oración y ahí sí, las publicaban enteras. Ese fue mi aprendizaje con Lieberman.
Dos año después, hablé con J. J. Portillo y también me dijo
que podía acercarlo noticias, reportajes, lo que quisiera que él lo pondría en
el aire. J. J. Portillo tenía sus
programas en una radio de Salto Uruguay: “Informatodo” que se emitía grabado de
12 a 12:30 de lunes a viernes
Y también hacia “El especial de J. J.” los días sábados de 15
a16 Hs donde podía leer los artículos más largos que yo escribía.
Del 12 al 15 de septiembre participé del “Encuentro Nacional
de Juventud” en el entonces “Estadio Chateau Carreras” (hoy Mario Alberto
Kempes) que era el encuentro de las juventudes de la Iglesia Católica. Concurrí
con la excusión que habían organizado los chicos de la Juventud de la Iglesia
Itatí de Concordia.
A mi regreso escribí artículos detallando los acontecimientos
de cada día, lo que J. J. Portillo publicó en su programa de forma completa.
Así que estaba muy contento, porque esas cosas me alegraban mucho.
Un tiempo después le hable de hacerle una nota al Dr. Alcides
Humberto López que había sido nombrado ministro de Gobierno, Justicia y
Educación y me contestó que no tenía ningún problema en emitir ese reportaje.
“En mi programa todos pueden hablar”.
¿Qué resultó? Que me dirigí al estudio de López y allí de
dicen que no estaba en la ciudad sino que se encontraba en Paraná.
Pensé “que pena” y yo quería llevarle un reportaje esa semana
a Portillo. Así fue que llegué a la casa de Don Enrique Tomás Cresto en Villa
Adela. Me atendió una empleada y le explique que quería hacerle una nota a Don
Enrique, al ratito me atendió él personalmente y allí le hice la entrevista.
Esta nota la publico en forma completa J. J. en la radio. Fue una nota que le
trajo algún problemita a él y a mí también, pero a esto lo contaré en otra
nota.
Entre tantas charlas que tuve mano a mano con Portillo un día
me dijo que admiraba mi capacidad de resumen al escribir cada nota y que eso
era difícil de adquirir. Le agradecí mucho que me lo dijera pero nunca tuve la
oportunidad de contarle que lo había aprendido de Lieberman.
Cosas de la vida amigos.
Mario Liand
Concordia, 01 de abril de 2020. 9:00 Hs.
Comentarios en facebook:
Jorge Burghi Hola Mario, trabaje 25 años con Portillo y hasta hoy aplico lo aprendido junto a el. Un abrazo.
Mario Liand ¡Que hermoso recordar eso Jorge!. Digo, lo que uno aprendió y de quien.