Viejas primaveras
Tan soñadas
y llenas de espíritu en mi cuerpo.
En mi están las canciones con las que vibraba
al ritmo de mis pulsaciones.
Era joven. Hoy, me hacen sentir joven.
Tengo la primavera fluyendo por mis venas.
Ninguna imagen me confunde con ese ayer.
Más, me fortalecen para seguir vivo
y llenándome de imágenes de ese encuentro
que me atrapaba y me transformaba
en un soñador incansable, en alguien
con esperanzas, con un futuro creado en mis neuronas.
Presencias sin igual me reportan ese tiempo
y sacian y convalidan mi presente.
Siempre llevaré mis 20 años a lugar que valla,
porque están aquí, en mi corazón o en algún lugar
de mi mente.
Primaveras acumuladas y siempre con las mismas energías
insaciables para transformarlas en el presente con una
vocación por la vida, por los sueños, por las esperanzas,
por las acciones, por las virtudes que te acercan aromas
a azahares, jazmines, rosas y madreselvas en enredaderas
que me abrazan y me dejan ver mi propio interior
renovando aspiraciones, metas, felicidad…
Ningún pasado podrá hacer que me quede anclado allá a lo lejos.
Transformo al presente y lo manifiesto con hidalguía y con mesura.
Aquellas primaveras, viejas primaveras, las siento como las esta época
Y me siento renovado, impulsado, proyectado en cada ilusión
que cobran fuerza con cada suspiro por las mañanas de septiembre.
Mario Liand
Septiembre 16, de 2020
11:00 Hs
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