jueves, 17 de diciembre de 2020

La hija que no fue (pero sí, es) - Por Mario Liand

             

Esta historia me la contó un entrañable amigo.

 

A esta historia la voy a contar en Primera Persona aunque es lo que me relató un viejo amigo en algún momento del pasado.

Por los 80 estuve incursionando en la política. Estaba en un Comité de barrio y yo reunía muchos jóvenes ya que era el Presidente de la juventud de ese lugar. Por aquellos años los jóvenes podían pertenecer a ese agrupamiento hasta cumplir los 30 años. 

Por diciembre del 89 me había puesto de novio con una de las integrantes que pertenecía a una iglesia evangelista o cristiana, solía decir ella. Estuvimos de novio unos meses, o más de una año. Salíamos a alguna recorrida ciudadana por las calles del centro o del barrio. Ella pensaba que para tener una relación sexual yo tenía que convertirme en un integrante de esa iglesia y que un pastor nos casase. Creía que era la única forma. Tenía pudor de hablar de esas cosas y la excusa era porque ejecutaba el acordeón en las reuniones de los fieles y “no puedo fallarle al Sr”. Se refería a que no podía tener una relación sexual antes de casarse.

A los pocos meses de estar “noviando” una amiga de ambos le dijo a esta chica que su novio “es puto amiga, ten cuidado. A mí me contaron que le gustan los hombres”. Esto provoco mucho asombro en esta chica novia y, seguramente, indignación. Me lo contó la siguiente vez que la visité, yo monté casi en cólera y pedí que la llamara y dijera eso delante de mi presencia. Envió un mensajero para que se acercase a la casa, que estaba muy cerca, y cuando llegó le pedí explicaciones acerca de lo que había expresado. Por supuesto que negó todo lo que había manifestado con muy mala intención. Pronto terminó la charla y me marche y decidí no visitar más a mi “novia” y corté la relación de inmediato.

Me pareció de tanta bajeza humana la actitud y estuve muy amargado por un par de semanas.

Pasó el tiempo, un año creo, y en el Comité habíamos organizado una fiesta como de despedida de año como se acostumbraba en todos lados en la Argentina.

Habíamos bebido alagunas copas, vino del barato y lo mezclábamos con alguna gaseosa y hielo. Sobre los primeros días de diciembre ya se nota el calor del verano. En algún momento de la noche me di cuenta que esta chica, mi “ex novia” me buscaba con la mirada. Cruzamos una par de palabras y la invité para ir caminando hasta la casa de un amigo “para charlar”. Una vez que llegamos fueron muy pocas las palabras y comencé a abrazarla y darle besos, se la notaba muy excitada y a la vez muy nerviosa porque según ella no había experimentado nunca tener sexo con alguien “porque hay que llegar virgen al matrimonio”. Pero eso no sucedió es noche. Se desvistió cuidadosamente y se acostó sobre la cama mientras yo hacía lo mismo. Estaba tan nervios, por ser la primera vez y eso lo noche porque se me cayó un poco el miembro viril, trate de recuperarme y me monte sobre ella penetrándola e hicimos el amor de una forma bastante incomoda hasta que llegue a la eyaculación. Yo no usé preservativo y tampoco ella me lo exigió.

Todo esto sucedió un año después que habíamos roto la relación.

Esta chica se había puesto de novio en los días siguientes, unos 15 o 20 días aproximadamente después, con un agente de policía que trabajaba en otra localidad donde ella estudiaba y fue con quien contrajo matrimonio.

Pasaron los días y en algún momento su hija ya tendría 4 años, tal vez, y cada vez que iba a la casa a visitarlos, la nena venía y se sentaba en mi falda y allí quedaba dormida.

Tuvieron que pasar 4 o 5 o tal vez 6 años más para que yo pensara o dudaba que en realidad fuera mi hija o que era mi hija. Así fue que entonces me puse s sacar la cuenta de cuando sucedió y cuando había nacido la niña. Había nacido en agosto. Algunas veces sacaba la cuenta de los 9 meses siguientes y coincidía todo, otras veces la cuenta me daba más tiempo. Me sobraba un año.

Varias veces intenté recordar todo lo que había pasado aquella vez con ella, pero algún dato me faltaba a veces que no coincidía.

Decidí contarle mi duda a un amigo que también era amigo íntimo de ella y con él, ella hablaba todo. Mi amigo prometió averiguar algo con la madre de esta niña y traerme las novedades. Pero… pero nunca apareció para contarme la verdad este amigo mío. Lo vi muchas veces por aquellos días al muchachito, siempre esperé que él me lo cantara porque en eso habíamos quedado. Nunca lo hizo y tampoco volvió a preguntarme si había resuelto mi duda.

Un día, al esposo lo sorprendieron metiendo la mano en la lata de la empresa donde trabajaba y lo despidieron. Trabajo de mensajero (Service Moto o moto mandado) hasta que se cansó y se fue a su pueblo natal cercano a la costa del Río Paraná. Su esposa, al tiempo pidió su traslado y se fue para continuar viviendo el él marido.

Un par de años después, ella vino a Concordia para visitar a su familia y me contacto para vernos y salir a tomar algo por la Costanera. Allá fuimos.

Me relato lo que había hecho luego de acostarse conmigo. Volvió a la ciudad donde estudiaba o ya trabajaba allá y que había tenido sexo con el Jefe, el Sub Jefe y otros empleados más incluyendo al que después fue su marido. Parece que a ella tampoco le daban los números cuando trataba de averiguar quién era el padre de su hija, y eso era lo que trataba de averiguar conmigo. Me pregunto si la noche que estuvimos en la cama si yo había usado protección y le contesté que no lo había hecho. “Pero vos te demoraste un ratito, así que te pusiste preservativo” me indagó con mucha curiosidad. Le dije que no había usado ningún forro y si me demoré fue porque se me había caído un tanto el pene que tuve que masturbarme para  ponerla rígida nuevamente y que luego sucedió lo que les conté. “¿No usaste? ¡Que hijo de puta!” me dijo con cara de sorpresa muy grande mientras se pasaba las dos manos por la cara y se dio vuelta para mirar lejos. ¿Por qué? le pregunté y me respondió que todos los demás con los que había tenido una relación lo habían usado.

Yo, ni siquiera sospeché que estaba tratando de averiguar la paternidad de la hija. Sólo me pareció una charla de amigos de algo que había pasado hacía un buen tiempo. Ni siquiera me acordaba lo que tenía que averiguar mi amigo.

Después de conversar otros temas la llevé a su casa.

 Pasó el tiempo sin pena ni gloria con respecto a este tema y en el 2011, recuerdo que fue por el mes de junio, una chica me conectó por el chat de Facebook. Me envió la solicitud de amistad, yo la acepté y se presentó diciéndome su nombre, hija  de quien era (su madre) y me dijo casi sin anestesia que ella era hija mía.

Mientras charlaba con “mi hija”, la madre también me envía una solicitud de amistad pro Facebook, la acepte y también uso el chat de Facebook (en ese año todavía no era Messenger) para chatear conmigo. Después de un breve dialogo quedamos en seguir después la conversación. La chica siguió contándome cosas como que  “Cuando yo era chica me ponía en tu falda porque me ponía celosa de mamá”, me comentó. Durante días me siguió chateando y hasta me contó que un día que regresaba a su casa, al entrar, lo escuchó al padre decirle a una amiga por teléfono que “ella no es hija mía”.

Con la niña que ya tendría 21 o 22 años concordamos en hacer un estudio de ADN lo que rápidamente decidí decirle que lo íbamos a hacer en Concordia porque tengo un amigo que hace ese estudio y para mí era más confiable.

La madre en un ataque de ira le sacó el celular y leyó todo lo que había estado chateando conmigo. Ya calmada, se comunicó conmigo la Sra. y me contó lo que había hecho con el celular de la hija y que había leído que queríamos hacernos un ADN para lo que me recomendó que era mejor que lo hiciera en Paraná y que era mucho más barato. Allá costaba Mil pesos y acá en Concordia me saldría unos $ 2.400. Yo tenía dudas de hacerlo en Paraná porque ella manejaba muy bien a los profesionales y sospechaba que me iba a "meter el perro", porque ese era su único interes: que nadie supiera que el padre de su hija era yo.

Durante los días que chateamos la madre nunca me reconoció mi paternidad, porque también hablamos del tema y le dije que tenía dudas. Me lo negó siempre, volvió a decirme que yo había usado preservativo aquel día y además que había hablado con su hermana y que le había dicho que si “Él quiere un hijo que lo haga y que te deje de joder a vos. Vos estas casada con tu marido y él la reconoció, ¿Cómo que ahora parece él reclamando la paternidad?”.

 O le contó mal, o la madre no entendió nada de lo que yo había hablado con la hija ¿no? Yo sólo le pregunté a la madre para sacarme la duda, pero era la hija la que me chateaba para decirme que yo era el padre.

Por aquellos años capturé todos los chats que había tenido con la madre y con la chica que no puedo transcribirlos acá porque hace unos días se me rompió la PC y debe estar guardado en algún DVD que tengo guardado. Lo buscaré y los añadiré a este relato (si los encuentro). (…)

Los chat con la madre eran muy duros, me negaba todo. Todos mis planteos, todas mis preguntas. Yo analizaba los chat y había incongruencias e incoherencias increíbles en los diálogos con ella, la madre.

Un fin de año estaba invitado para una despedida de año de mi trabajo, que era una fiesta impresionante en Paraná y le pagué la tarjeta para que pudieran asistir las 2. Y Así fue, llegaron tarde pero fueron.

En algún momento la chica había venido a Concordia a hacer el curso de ingreso a la UNER. Creo que salió mal porque 2 o 3 meses después cuando estaba volviendo a su ciudad en la costa del Paraná, como burla, se comunicó por el chat del Facebook diciéndome que estaban cruzando por Villa Adela. En realidad no fue como burla sino que la madre le había prohibido que se contacte conmigo y se notaba que había estado presionando a la familia para controlar a la chica y no hablara conmigo. ¿Por qué? Porque habíamos quedado con la chica que nos haríamos el estudio de ADN en secreto acá en Concordia. Pero la madre desconfiaba desde que le leyó todo el chat que había hecho conmigo.

Estuvieron en Concordia, la chica hizo el curso de ingreso a la U.N.E.R., tambien estuvo en la casa del hermano que vive en el mismo barrio qu yo vivo, pasaron 2 o 3 meses hasta que se fueron pero nunca me dieron el dato de que estaba a´ca en Concordia. La madre estaba segura que no se iba a hacer  el ADN porque ella no quería. NO-QUE-RI-A. Algo trataba de tapar ¿no les parece? Solo cuando vuelven a us ciudad me avisan que estaban slaiendo de la ciudad. Para mi no es raro esto, ella estaba convencida que no iba a dar el brazo a torcer frente ami. Por nada del mundo.

Unos días después volvió a chatear conmigo la madre y me trato tan mal incluyendo algunos insultos muy discriminatorios que decidí bloquearla en Facebook hasta el día de hoy. Pero estoy seguro que tiene algún Facebook trucho par vigilarme.

Pasó todo esto y con el tiempo, el 21 de febrero de 2017, mi amigo se había separado de su mujer, o por lo menos se habían peleado y termino viniendo a mi casa.

Llegó a mi casa, charlamos un ratito y me dijo que tenía ganas de tomar vino. Le daba dinero para que salga a comprar una botella y me dijo que pagaría él y volvió con 2 botellas de vino Estancia Mendoza blanco. Estuvimos charlando de viejas épocas, me contó cosas de él que yo había escuchado alguna vez pero nunca le había dado crédito a esos rumores. Luego de varios tragos me acorde de lo que le había pedido y se lo pregunté:

 

 -          ¿Recordas que hace varios años te pedí que te contactaras con tu amiga (la madre de la chica) para que le averigües si la hija es hija mía o no?

-          ¡Pero si yo te dije que sí, que es hija tuya!

-          ¿Qué?... No recuerdo que me hayas contado semejante información amigo.

-          ¡Cómo que no! ¡Si yo te dije que ella me dijo que es hija tuya!

-          Amigo, no recuerdo que me hayas contado eso. No tengo nada en mi memoria. Si me hubieras contado lo recordaría muy bien. Y más ese dato.

-          Sí, sí. Yo un día fui a la casa y le saqué el tema y me confirmó que vos sos el padre.

-          ¡Ahhhhh! ¡No te puedo creer! ¡Es el primer dato certero que tengo amigo!

-          Sí. Tu duda era real. La madre misma me lo dijo.

-          Gracias. Me duele en el alma que me haya prohibido disfrutar de su infancia, de su primer día de escuela, de los 15 años y todo lo demás. Es un dolor en el alma, en el espíritu, en el cuerpo.

      Bueno, al fin y al cabo yo ya lo sabía, faltaba que me lo confirmaran.

 

 Mario Liand.
17 de diciembre de 2020: 07:00 a.m., 10:00 a. m. 05:00 p.m.


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