viernes, 2 de marzo de 2018

La vieja casa y el tesoro perdido. Por Mario Liand



Un posible guión para una película con Chuculengo y Nicanor el abuelo de Salchichón

Parte I.
Era verano y hacía calor.
Sentados en sillones playeros en el patio de su casa estaban Chuculengo, Chiquitrulo y Cesar conversando y tomando fresco en la sombra de un árbol.
Chucu: ¡Que calor! ¡Por Dios!
Chiqui: La verdad que sí.
Cesar: Viene bravo este verano che.
Chucu: Si tuviéramos una pileta de lona, sería otra cosa
Chuiqui: Esta es tu casa Chuculengo. Si no tuvieras un cocodrilo en el bolsillo te comprarías una.
Cesar: y así nos refrescamos todos. Tener una pileta es una gran cosa.
Chucu: Pero yo no tengo plata para comprar una pileta. ¡No tengo!
Chiqui: ¡Lo que tenes es un cocodrilo en el bolsillo, te dije!

En ese momento va circulando un auto por enfrente de la casa de Chuculengo y lleva la puerta de atrás (Baúl) abierta y también llevan abiertos unos sillones playeros y una sombrilla. Era un Renault 4 L. Estaban conduciéndose por la salida de la ciudad hacia el sur.

Chucu: ¡Mira esa gente se están yendo a algún balneario! ¡Y nosotros acá!
Cesar: ¡Y vos sin pileta!
Chiqui: ¿Qué podemos hacer para ir a pasar unos días a la costa?
Chucu: ¡Sí! ¡Aunque sea a La Tortuga Alegre, o al Yuquerí, o a Camba Paso, o no se adonde!
Cesar: ¿Vos te acordas que Salchichón tenía un abuelo que tenía un tesoro escondido?
Chiqui: Si. Me acuerdo si… Nunca lo encontraron a ese tesoro.
Chucu: ¡Nunca! ¡Él me contó! Hace unos días fui a Nueva Escocia y me dijo que nunca lo habían encontrado. Y eso que se cansaron de buscarlo en la casa donde vivía el abuelo. Ahora esa casa es una tapera.
Cesar: ¿Dónde vive Salchichón?
Chucu: Vive antes de llegar a Nueva Escocia no te digo.
Cesar: ¿Salchichón sabrá dónde está la esa casa vieja?
Chucu: Por supuesto que sabe, si era del abuelo de él. Esta por ahí cerca nomas.
Chiqui: ¿Y si lo vamos a ver?, por ahí lo acompañamos a la tapera y por ahí con suerte encontramos algo y algo nos va a dar Salchichón.
Cesar: Si, seguro que sí, si es más mano suelta que el abuelo.
Chucu: Dale. Hacemos una vaca entre los 3 para la nafta y vamos.

Los 3 suben al viejo auto de Chuculengo y se dirigen también hacia el sur del pueblo. Pasan por Villa Adela, El Martillo, Estación Yeruá (cargan Nafta) y cuando van por Calabacillas se les para el auto. 2 se bajan y lo empujan hasta que lo hacen arrancar.

Siguen viajando hasta que llegan al puente que está antes de Nueva Escocia. Estacionan en la banquina de un camino de tierra y mucha polvareda. Bajan al arroyo y lo llaman a Salchichón:
Chucu: Salchichón, ¿Dónde estás? – Siguen caminando por debajo del puente.
Cesar: Salchi, Salchi… ¿Estará? ¿O se habrá ido al almacén?.
Chucu: ¡A que almacén va a ir! ¡Si este vive comiendo pescado! ¡y ranas fritas!
Chiqui: ¡Salchichónnnnnnn!
Ven un cartel con forma de Salchichón de madera que dice “Residencia Salchichón” y más allá ven un tambor de 200 litros sin tapa ni fondo con algunos trapos adentro. Esa era la cama. Un poco más allá al borde del arroyo esta Salchichón con un hilo de pescar (tanza) enredado en el dedo gordo del pie y el hilo sumergido en el agua. Salchichón estaba en posición de reposo con las manos detrás de la cabeza.
Entonces abre lentamente los ojos y con la cabeza dirigiendo la mirada hacia donde escucha las voces.

Salchi: ¿Si? – dice muy tranquilo con el cigarrillo al costado de la boca.
Chucu: ¡Salchichón! ¿Cómo estás?
Salchi: Bien Chucu y ¿vos como andas? ¡Qué alegría verte! – lo dice con voz pausada, casi sin animo.
Chiqui: Hola Salchi.
Cesar: Hola Como andas, tanto tiempo.
Salchi: Hola. ¿Los 3 juntos? ¿En que andan Uds.? A ver, sorpréndanme.
Chucu: Pasábamos por acá y te queríamos saludar.
Salchi: Bueno. Siéntense y les indica unos cajones de cerveza o gaseosa de plástico.
Cesar: Che, Salchi ¿te acordas que siempre nos contabas lo del tesoro de tu abuelo que nunca pudieron encontrarlo?
Salchi: Si, nunca lo encontramos.
Chucu: ¿y si nos acompañas y lo buscamos nosotros? Te llevamos y después te traemos de nuevo.
Salchi: Podría ser ¿no? Con intentarlo no cuesta nada. Total ni pique hay acá en este arroyo. ¡Por ahí tenemos suerte!
Cesar: Si lo encontramos algo nos vas a tirar.
Salchi: ¡Sí! Vamos miti y miti. Mitad para mí y la mitad para Uds. 3.
Chuiqui: Bueno. ¿Uds. Están de acuerdo?
Chucu: Si.
Cesar: Si, lo que sea nos viene bien para irnos de vacaciones.
Salchi: Lo que sea que encontremos no tengo ni idea de cuánto dinero es. O tal vez sean joyas.
Chucu: Antes la gente del campo enterraba los tesoros y después se morían y nadie sabía dónde lo habían enterrado.
Salchi: ¿Dónde está enterrado el abuelo? Pero si el abuelo está vivo. Él vive en Nueva Escocia, tiene ahí su casa. Si, el abuelo Nicanor vive ahí.
Chucu: No, yo decía que la gente antes se moría y nadie de la familia sabía donde había enterrado sus pertenencias en oro y otros metales.
Salchi: ¡Mi abuelo está vivo Chucu! ¡Ya te lo dije!
Chucu: Ah… Bueno, pero el abuelo de tu abuelo no.
Salchi: Si, ya está en el campo santo hace rato.
Chucu: ¿Nos acompañas o no?
Salchi: Bueno, sí. Si me ayudan a encontrarlo el 25 % es para cada uno de los 4.
Chiqui: Trato hecho Salchi. Vamos a buscar el tesoro. ¿Les parece bien Chucu y Cesar?
Chucu: Si, más que bien.
Cesar: Por supuesto. Lo único que queremos es unos mangos para ir unos días a la costa.
Salchi: Vamos entonces. – y los sigue un perro galgo que lo suben al auto.

Se van los 4 hacia la casa abandonada que en otros tiempos era del abuelo de Salchichón, Don Nicanor.

Parte II (en preparación).


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