lunes, 19 de noviembre de 2018

Desinhibite y anímate, la vida es más que tu hipocresía - Mario Liand



Me gusta cuando la gente se desinhibe, se muestra y se divierte con los demas.
De vez en cuando me he disfrazado para alguna fiesta o para el Disfrazate que se hace 7 años en Concordia, Entre Ríos.
Lo hago porque me pide el alma, el espíritu, el cuerpo. Tal vez sean las ganas de divertirme y de alegrar a otros. Y los otros, los que se animan, ponen una sonrisa en mi cara. Eso me alega tanto que me arrancan unas lágrimas, unas sonrisas interminables. Me arrancan una algarabía ajena a la hipocresía donde podría esconderme para no dejar aflorar mi felicidad, para no dejar aflorar esos momentos de perder la noción de que soy un ser humano y encima un ser humano libre.
Siempre prefiero sacar esa espontaneidad que sale desde el interior de uno mismo. ¡No tengo nada para esconder, ni ocultar!  Y si yo creo que tengo algo para ocultar y/o esconder estaría metiéndome dentro de mi mundo donde todo lo que hago es para tapar, es para mentirme. Si algo tengo para ocultar, estoy tan seguro que los demás lo murmuran a mis espaldas. Porque si algo le cuento en secreto a mi amigo/a, ella o él también tiene su amigo/a y el amigo/a de mi amigo/a también y así sucesivamente hasta el infinito creo.

Me da pena que las personas se escondan simulando ser gente más cool, más culta, ¡eso no hago porque es hacer el ridículo!, ¡Yo no soy ridícula para disfrazarme!, tenes que estar mal de la cabeza para vestirte así, y muchas otras autodefiniciones de las nos hacemos cargo parece ser.
Algunas personas tienen tanto pudor para disfrazarse porque van a pensar mal de ellos mismos. Pero si igual los demás se ríen de ti porque te conocen bien, y encima, saben quién sos. ¿Me entendes?
Tampoco puedo decirles, a cada uno, que tienen que hacer con sus fracasadas vidas. Cada uno se arregla con los dientes que tiene.
Si tenes vergüenza de que se rían de ti, se burlen o te ridiculicen. Pero no te da ninguna vergüenza, ningún pudor burlarte de los demás y tampoco te importa nada ridiculizar a los demás.
Un Psicólogo o un Sociólogo tal vez podrían explicar mejor todo esto que yo.
“Tenes la mente infantil”, “sos el hombre que no tuvo infancia”, “sos un inmaduro total”, “no maduraste nunca”, son algunas de las rases a que esa gente te incrimina para presionarte a que te comportes como ellos. O sea, no hacer el ridículo, tenes que tener vergüenza, Se van a burlar de ti, etc., etc., etc.
Así que liberándome de todo prejuicio social y de la presión social que esos prejuicios tratan de influir en cada uno de nosotros es que me tomo el tiempo, preparo mi ropa, ahorro para la entrada. Jamás esperaré hasta último momento.
Algunas amigas/os me han ilusionado con la idea de “disfrazarnos” para algún evento, pero llegado el momento ni se acuerdan, ni quieren, ni hacen nada por cumplir con la idea de hacerlo.
Esto que escribo aquí, es solo un ensayo, no tengo la idea de cambiar las ideas a nadie. Solo quiero dar un punto de vista de porque tantas personas se someten a la presión social o a esa hipocresía que defienden tanto. ¿Puede ser hipocresía? ¿O también puede ser, como dijo un excelente periodista argentino: te toman por boludo?
Y vos sabes que puede ser che.


Me gusta cuando la gente se desinhibe, se muestra y se divierte con los demás. No me gusta cuando la gente saca su hipocresía y encima te hacen sentir mal por lo que queres hacer y queres mostrar.
Yo solamente elijo, a pesar de todo lo que dicen, imaginen, sospechen de mí, desinhibirme totalmente y jugar con los que también les pasa lo mismo que a mí. Los demás, los otros, las otras que sigan su camino y ¡Good Show!

Mario Liand
05:00 p. m. 19 de febrero de 2018
Un día después del Disfrazate 2018. Concordia, Entre Ríos, Argentina.

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