sábado, 3 de agosto de 2019

Nazarena descubre el mundo - Mario Liand



Llegó a este mundo el 28 de junio de 2019 como una sorpresa.
Poco esperaba este acontecimiento ya que la “Chicha”, la madre, pertenecía a otro hogar y por comodidades que buscaba se mudó a mi casa sin más consentimiento que su elección. En mi casa duerme adentro en su cama cómoda hecha con retazos de viejas cobijas.  
“Está castrada” me comentó el anterior dueño. Por lo tanto fue una gran sorpresa encontrarme con es “bicho” esa noche. Eran las 23 horas y el canino “Fito”, un galgo puro adoptado, lloraba en la puerta del muro porque estaba volviendo de su recorrida por el vecindario. Al encender la luz de la habitación delantera, veo esa cosa en la cama de “Chicha” y me sorprendí, hice una breve investigación para entender de qué se trataba. Pues, era un cachorrito muy chiquito. “Pero ¿no estabas castrada mamita?”, le dije susurrando y acariciándola. Me miró muy tiernamente porque entendió mi aprobación.
Con el correr de los días el “recién nacido” comenzaba a engordar y se alimentaba de todas las tetas de la madre porque las tenía a todas para él solito.
Un día publique una foto comentando lo que había sucedido en las redes sociales y una amiga pone en los comentarios “Nazarena” y este nombre le quedó. Nada más que en masculino. Finalmente es un perro y muy hermoso, color marrón con una coloración más marcada sobre su lomo.
Al cumplir un mes ya había conocido toda la habitación donde lo cobijó la madre. Unos días después comenzó a salir de la pieza y por día avanzaba unos centímetros más, conociendo lo nuevo, para él, de la casa. Caminaba un poco y olfateando todo, de repente se volvía a su cuarto. Como que tenía miedo de perderse y no encontrar su cama. Por lo menos así lo imagino. Va conociendo varios metros ya y sigue descubriendo que hay más allá.
Lo observo mucho y cuando lo llamo por su nombre me reconoce. Se me ocurre que piensa: “Este es el que me va a tener que dar de comer cuando tenga que dejar la teta”. Ja, ja, ja. “Así que tengo que caerle bien”.
Escucha mi voz y mueve la cola y se vuelve a su cucha.
Si lo vieran cuando le abrí la puerta para que salga al hall para que descubra el calorcito del sol. Fue puro festejo y mirar plnatas, balsosas, la calle, el muro y hata caminó por e cesped. Ja ja ja Estaba feliz, muy feliz. Se quedó un rato y hasta se calentó. Un día mas tarde salió por la puerta de atras y tambien disfrutó de los yuyos y observó todo Todo era nuevo. Ya su mundo no era solo su cucha y la habitación. Amplió su mundo, está conociendo.
Tengo 6 gatos y cuatro perros incluida la madre. Están todos expectantes que hace ese perro y lo observan con mucha atención. “Otro más para comer” sugieren sus miradas observadoras. En el mundo de los 10 animalitos está “socialmente” aceptado.

Mario Liand
Villa Adela, Concordia, 3 de agosto de 2019
09:00 a.m.

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