Esta tarde un vecino de Villa Adela fue a visitar a un amigo que vive en las inmediaciones del Ex Embarcadero de Ferrari cerca de Puerto Yeruá. El vecino se llama Miguel Yano y cuando emprendió el viaje de regreso a Villa Adela y llegar a su casa su esposa Mary nota la presencia de un gatito dentro del auto. Entonces le pregunta a su esposo, Miguel, por ese gatito y se dan cuenta que era de su amigo de Yeruá. Se comunican por teléfono y si, precisamente era el gatito Vemus que ahora estaba ya de paseo por Villa Adela. El dueño del Gatito Vemus es la Familia Yaconangelo y le pidieron a Miguel que por favor lo retengan y se lo llevaran.
En esos momentos que sucedía lo de Vemus, yo voy a visitar a Miguel y Mary y me cuentan lo del gatito aparecido. Entonces me contaron de donde era y les dije “Ese gato se llama Vemus es de Yeruá y es blanco con unas manchas oscuras” Me confirmaron que si. Les pedí que cuando localicen al gato porque se había escondido en otras casas que me avisaran para ver si hablándolo era fácil atraparlo porque ese gato ya me conocía y había estado varias veces en mi falda en Yeruá.
Diez minutos pasaron que me fueron a buscar a mi casa para decirme que el gato estaba en un muro vecino. Así que me dirigí al lugar y cuando lo veo lo hable por su nombre hasta que lo pude tener conmigo. Era él, era Vemus y se tranquilizó un monton al reconocerme seguramente por la voz.
Miguel me dice que si lo acompañaba, lo llevábamos de nuevo a su hogar, cerca de Yeruá. Sin titubear le dije que sí y allá fuimos. Mientras viajábamos, Mary la esposa de Miguel se comunicó por teléfono con la familia Yaconangelo para informarles que gato estaba bien y en camino hacia su casa.
Así fue, que viví una linda y maravillosa historia esta noche y estoy muy feliz. El gatito de nuevo en su casa y tomando la teta de la perra Poly. Muy agradecidos los Yaconangelo.
En este caso, fue un animalito. Podría tratarse de un semejante, alguna urgencia u otra cuestión humana. De igual manera por cualquier caso que fuera, sería feliz haciéndolo. También sé que contaría con la inestimable acción de Miguel Yano y Mary y ellos saben que con la mía también. Todo es una cuestión de actitud decidida. Era un gatito, sin embargo allí estábamos. Miguel me decía: “A nosotros siempre nos tocan las difíciles”. Porque fue Miguel Yano quien me llevó a encontrarme con mi nuevo hermano hace 5 años. No lo pensó. Me llevó a El Redomón a encontrarme con un hermano que no conocía y que nunca había visto en mi vida. La mano tendida siempre. Un humano con todas las letras. Sin pedir ni esperar nada. “A nosotros siempre nos tocan las difíciles”. “Y si. Dios nos pone en el camino Para hacer algo por alguien” – le dije.
Seguramente habrá casos más maravillosos y más valederos que estos que cuento. Pero son cosas que me llenan la vida y se me escapan algunos lagrimones pensándolo.
Mario Liand
Técnico Superior en Comunicación Social
29 de agosto de 2013
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